Los constantes avances en el mundo productivo hacen que Los docentes tengan que especializarse cada vez más. Una mirada gremial sobre cómo Los educadores no deben perder de vista La responsabilidad en cuanto a su salud, bienestar y derechos.
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Sindicato Argentino de Docentes Privados
Educación T écnica
Hace le frente a los de safíos cie ntífico-te cnológicos
Los constantes avances en el mundo productivo hacen que Los docentes tengan que especializarse cada vez más. Una mirada gremial sobre cómo Los educadores no deben perder de vista La responsabilidad en cuanto a su salud, bienestar y derechos.
Por ProF. nora cuello
rama Docentes Técnicos SADoP
SADOP tiene una vasta trayectoria de participación y militancia en lo referente a la educación y su relación con el trabajo, la ciencia y la tecnología.
En esta instancia, pondremos el enfoque en algunos aspectos relevantes de la educación técnico profesional, escenarios, tendencias, y el impacto en las condiciones laborales de los docentes de la modalidad.
La multiplicidad de ramas productivas y matrices sociales asociadas hace que los escenarios que se configuran en nuestro país sean diversos, de allí la necesidad de diferentes herramientas de intervención para hacer frente a los nuevos desafíos que plantea el desarrollo científico-tecnológico, y que esto no signifique pérdidas de fuentes de trabajo, desplazamiento de trabajadores docentes de espacios curriculares, ni tampoco precarización de las condiciones laborales.
La tecnología, como parte de esta nueva realidad, no puede pensarse, fuera de los espacios de aprendizaje, y, por tanto, el docente debe estar en condiciones de enfrentar los cambios consecuentes. Sin embargo, debido a la complejidad del impacto que tiene la tecnología en la sociedad, y por ende en quienes la constituyen, no puede analizarse como una respuesta o un cúmulo de condiciones individua- les. La capacidad de adaptación e integración de los cambios tecnológicos a la vida y el trabajo, es un pro- ceso social colectivo.
Este proceso colectivo debe visualizarse desde un sentido de integración de la tecnología a la realidad laboral, aportar a lo que ya tenemos, en un ca- mino de readecuar los saberes y capacidades que hemos alcanzado a lo largo de nuestra actividad docente. En esa línea, lo que debemos plantearnos no es una sustitución de saberes y capacidades, ya que esto genera por sí sólo un mecanismo claro de exclusión de aquellos que no estén “aptos para”. Esta valoración de “aptitudes” llevaría a muchos docentes a la imposibilidad de mantener su fuente laboral y de acceder a otras, en un contexto continuo de avances. Estaríamos expuestos a un darwinismo en donde el factor de adaptación limitante sea la ciencia y la tecnología, cuando en realidad estas son y deberían ser herramientas de inclusión, valoración y mejoras en la tarea docente.
En este nuevo marco, los trabajadores de la enseñanza técnica se enfrentan al desafío de fortalecer su formación, capacitación y la articulación con el mundo productivo, como forma dinámica de acceder a saberes que irán posibilitando la interpretación de la nueva realidad y la capacidad para transferirla.
Aquí no podemos dejar de poner en valor lo que el docente de escuela técnica, con su tarea, significa en relación a un proyecto de país. Es el artesano, el articulador y el que posibilita los procesos de transferencia de ciencia y tecnología en cada área de esta modalidad, en cada región o localidad. Es el que dota de sentido a la matriz o esqueleto estructurador que significa la Ley de Educación Técnico Profesional.
La norma por sí sola no basta para que se despliegue su potencialidad y alcance. Es el docente, con su tarea, quien en cada aula y cada taller fortalece y sostiene una ley que fue pensada para motorizar un país que tenía su industria nacional desmantelada, su tejido social vulnerado por la falta de trabajo y la des-capacitación que significó una década neoliberal que propició la desaparición de la escuela técnica como formadora de ciudadanos capaces de insertarse en un sistema productivo diverso, y no en una línea de producción específica y acotada a servir a intereses determinados por una sociedad de mercado competitiva e individualista2.
Como un aporte a la labor del docente privado de la Modalidad es que SADOP, desde la Secretaría Gremial, viene proponiendo, en diferentes jurisdicciones, la concreción de encuentros como instancias de análisis y debates. Estas jornadas tienen como principal objetivo que el colectivo docente privado pueda visualizar las situaciones que van en detrimento de su salud y bienestar, en relación a su tarea docente, y que en muchos casos son asumidas como parte natural de la misma.
Comenzar a identificar los riesgos y valorar la necesidad de la prevención de los mismos como una forma de protección colectiva y no individual, es el punto de partida.
LoS TrAbAjADoreS De LA eNSeñANzA TéCNiCA Se eNFreNTAN AL DeSAFío De ForTALeCer Su FormACióN, CAPACiTACióN y LA ArTiCuLACióN CoN eL muNDo ProDuCTivo
Para propiciar y enriquecer el debate y la participación en las jornadas, el equipo de trabajo del Departamento de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (CYMAT) de SADOP, realiza exposiciones y talleres grupales en donde aportan toda su experiencia y datos para ampliar el espectro de análisis, y así poder, en conjunto, llegar a conclusiones que sean materia motorizadora del avance en las conquistas de equidad en las relaciones laborales.
Los riesgos laborales a los que están expuestos los docentes de educación técnica son similares a los que tienen los docentes que desarrollan su tarea en el aula tradicional (riesgos desde lo físico, lo psicológico y lo social), pero se adicionan los riesgos inherentes al “aula taller”. La manipulación de sustancias, herramientas e insumos, configura riesgos que se toman como naturales o cotidianos, pero debe tenerse en cuenta que la salud e integridad están en otro nivel de exposición.
LoS DoCeNTeS De eDuCACióN TéCNiCA mANiPuLAN herrAmieN- TAS e iNSumoS que CoNFiGurAN rieSGoS que DebeN TeNerSe eN CueNTA PArA reSGuArDArLeS Su SALuD e iNTeGriDAD
En este sentido no debe perderse de vista la responsabilidad que tienen los empleadores en la provisión de los elementos necesarios para el normal des- envolvimiento de las actividades, para la prevención de accidentes o enfermedades laborales y del cuidado de la salud en general.
Para poder enfrentar los dinámicos procesos de cambio, hemos mencionado en párrafos anteriores la importancia de la capacitación, en referencia a la cual SADOP sostuvo y sostiene que debe ser gratuita, permanente y en servicio para todos los docentes argentinos. Cabe aquí una manifestación del insoslayable rol que damos al Estado, como configurador y parte garante de una política que posibilite el acceso, la consecución y permanencia de los docentes en programas de capacitación.
El sistema educativo debe formar, en todos los niveles, ciudadanos conscientes de la importancia central del trabajo, y preparados para afrontar los desafíos propios de un contexto socio-productivo cambiante. Esta preparación “como ciudadanos” no puede ni debe relegarse solo a la modalidad de la educación técnica. Todo el sistema (en todos sus ni- veles y modalidades) debe educar en una visión liberadora y no esclavizante, de realización personal y no mecanicista, de protagonismo y no alienante; una visión donde el hombre desarrolla su capacidad productiva y creadora, y en donde sus derechos laborales son respetados y se avanza en la búsqueda de mayor equidad en todas sus dimensiones.
El desafío, en ese sentido, es apropiarnos de nuestra conciencia colectiva, para que promueva la comunicación y la participación, ya que el principio en la búsqueda de soluciones a los problemas laborales es, sin dudas, asumir que ellos están presentes en la tarea, y que las soluciones sustentables son aquellas que se logran en conjunto y no desde una concepción individual, reconociéndonos parte del movimiento obrero organizado argentino y sosteniendo la negociación colectiva, como la herramienta indispensable para el resguardo y la ampliación de nuestros derechos.◊